Vamos a
empezar por un sector relativamente fácil. Las cafeterías y los bares son
negocios que pueden dar unos ingresos bastante altos, pero vemos muchos de
ellos a los que solo van los cuatro señores de todos los días. Esto suele ocurrir
cuando están situados en pueblos y aldeas pequeños, cuando llevan sin reformar
treinta años o cuando la limpieza deja mucho que desear.
En mi
opinión, el mejor lugar para montar una cafetería es el centro de la ciudad, ya
que es el sitio más fácil para llegar a todo tipo de público y captar las
llamadas compras por impulso. Esto quiere decir que alguien que está, por ejemplo, de compras por la ciudad, en el
momento que esté cansado o necesite refrescarse, es fácil que entre en su
local. Por otro lado, también puede funcionar si lo ponemos a las afueras en
una carretera muy transitada, pero aquí ya no llegamos a todo tipo de clientes.
Puede que hace unos cuantos años, la gente que iba de vacaciones parase por el
camino a tomar algo, pero hoy en día se llega mucho más rápido a todas partes y
se cogen muchos más vuelos. Por lo tanto, debemos centrarnos en aquellas
personas que se pasan mucho tiempo en la carretera, como pueden ser camioneros
o comerciales. Este tipo de clientes quieren precios muy bajos y comida, por lo
que no estaría de más ofrecer menú del
día.
En cuanto al
local, no debe ser de los años 80. Esto es lo más importante de un bar, ya que
es lo que puede ver la gente antes de comprobar como es el servicio, es decir,
de esto depende que vaya a entrar o no. El truco está en hacerlo muy antiguo o
moderno. Por ejemplo, en Porto (Portugal) hay una cafetería de los años 20, que
tiene tanto éxito que aparece en las guías turísticas y hay cola para entrar.
Hay otra opción que últimamente tiene bastante éxito, se trata de las
cervecerías de estilo irlandés. El reformar el local puede salir caro, pero
valdrá la pena.
No nos
podemos olvidar del nombre, que nos debe preocupar tanto como el local. A mi lo
del nombre es lo que más me cuesta, además cuando crees que tienes uno bueno,
resulta que ya está cogido. Asique hay que ponerse a pensar, dejar salir la
creatividad y no caer en la tentación de poner nombre de persona a un negocio.
Otro tema
importante es el precio. Aquí hay dos opciones, dejar los productos muy baratos
o ponerlos a un precio normal tirando a caro dando una buena tapa. Yo creo que
la mejor opción es la segunda, ya que los clientes lo recordarán mejor y lo
comentarán más. El precio es algo que se suele olvidar, a menos que sea exageradamente
bajo o alto. Pero la realidad es que cada vez, los bares y cafeterías ponen
tapas más grandes, y si usted no lo hace se puede quedar atrás. Incluso hay
alguno que dan un sándwich o una hamburguesa, por lo que si vas a la tarde-
noche ya quedas cenado.
Por último,
nos queda el tema de la promoción. En cuanto a esto, voy a insistir bastante en
el tema de Internet. Lo ideal es tener página web, pero puede salir caro
hacerla y mantenerla, por lo que yo opto por recomendar las redes sociales.
Pueden pensar ¿para que le sirve a un bar estar en las redes sociales? La
cuestión es que no cuesta prácticamente nada, y en ellas se pueden publicar las
promociones, partidos que vayan a poner, fotos que se hacen a los clientes en
ocasiones como carnaval o fin de año…si sus clientes pulsan un “me gusta” o se
hacen sus amigos, tendrán presente el bar cada vez que publiquen algo.
Para
terminar, recordar cosas como la buena atención, la limpieza, el dar pequeños
regalos… los detalles importan mucho y es lo que al final hace que un cliente
sea fiel a nuestros servicios.
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